El recorrido clásico que nos permite conocer la ciudad por dentro empieza por la Plazuela Bolognesi y los paseos peatonales de la zona comercial: el Paseo del Maestro, Los Libertadores, El Abogado, El Triunfo, La Concordia Peruano Ecuatoriana y El Triunfino, donde están ubicados restaurantes, discotecas y tiendas comerciales. Muy cerca al paseo Jerusalén existe una escultura de Cristo de 18 metros de altura. Después nos trasladaremos a la Plaza Mayor (antes Plaza de Armas) decorada con una concha acústica revestida con un mosaico que alude al arribo de los conquistadores españoles y a toda la riqueza natural del departamento. En el centro destaca la representación del cacique Chilimasa, curaca de la zona que resistió ante las tropas españolas. En esta plaza los lugareños suelen descansar a la sombra de los curiosos árboles conocidos localmente como "mata cojudos", por los grandes y pesados frutos que penden de sus ramas altas.
Asi mismo desde la plaza se logra una hermosa vista de la Catedral, llamada también la Iglesia Matriz San Nicolás de Tolentino, fue construida en el siglo XVII en estilo barroco por sacerdotes agustinos. Destacan los dos arcos de medio punto, el techo conformado por faldones de dos niveles y las cúpulas en forma de ojiva revestidas con mosaicos. En el interior se pueden apreciar el altar mayor trabajado en madera con aplicaciones, los vitrales con escenas de la vida de Jesús, los Santos y la Virgen y una talla de Cristo cuyos rasgos anatómicos se han logrado con gran detalle.
A un costado de la catedral se ubica el antiguo Cabildo de Tumbes -hoy biblioteca municipal- una casona de origen colonial construida con caña de Guayaquil y rematado con una típica torre-mirador. La arquitectura de la típica casona tumbesina es única en su género. Construidas con caña de Guayaquil, hualtaco o algarrobo, cuenta en su interior con amplios salones y pueden tener hasta tres pisos con techos altos para mitigar el calor. La Casona Feijoó ubicada entre la calles Grau y los Andes, es una de las más representativas.
Existen varios paseos que invitan a recorrer la ciudad unos de ellos es desde la plazuela Bellavista con dirección al malecón del rió Tumbes donde encontraremos el monumento al beso, continuando nuestro recorrido, con una vista impresionante del valle y río Tumbes, para llegar al bulevar de la madre.No obstante para los amantes de la naturaleza esta apacible ciudad ofrece el área natural privada Palo Santo. Es un mirador turístico y Construido sobre la colina más alta de la ciudad, a sólo cinco minutos en auto, desde donde es posible observar buena parte de la geografía de la zona. El lugar es hábitat de más de 30 especies de aves, muchas de ellas endémicas de la región tumbesina, y se han creado diversos senderos para poder observar la flora y la fauna de la región.
Al mediodía, cuando la temperatura supera los 30 grados centígrados a la sombra, nada mejor que refugiarse en una picantería para saborear un buen cebiche de conchas negras o la gran variedad de platos a base de mariscos y pescado fresco, acompañado de música regional y un buen vaso de "clarito", esa aneja chicha de jora previamente decantada y enterrada durante años para su maceración.Tumbes tiene sus encantos, el único problema es que sus visitantes quieran quedarse. Se dice popularmente que todo foráneo que toma agua de coco, come camote y se baña en el río, se queda en Tumbes.
viernes, 18 de junio de 2010
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